En los últimos 20 años se ha demostrado que la oseointegración no se ve afectada por la edad avanzada de los pacientes. En este sentido, la cicatrización ósea y mucosa después de la inserción quirúrgica de los implantes no constituye un problema importante entre los pacientes ancianos.
Aunque, el envejecimiento suele asociarse a una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y consumo de medicamentos, muchos estudios parecen sugerir que los implantes oseointegrados pueden tener éxito en aquellos ancianos que padecen trastornos médicos, por lo que sólo estarían contraindicados en los pacientes geriátricos con una salud general demasiado frágil para los procedimientos de cirugía oral o en aquellos pacientes mayores con enfermedades crónicas descontroladas sin revisiones médicas regulares o tratados con medicación permanente que puedan interferir la oseointegración. Muchos adultos mayores son fumadores. El consumo de tabaco constituye un factor de riesgo importante en la implantología oral. Se ha descrito un mayor porcentaje de fracasos entre pacientes fumadores, así como un mayor nivel de pérdida de hueso marginal e inflamación de la mucosa periimplantaria. En este sentido, es necesario consultar con su médico de cabecera o especialista para recomendar que el paciente se integre en un programa para dejar de fumar.Los trastornos cardiovasculares constituyen las condiciones médicas más frecuentes en los pacientes ancianos. Es lógico pensar, que muchos pacientes mayores edéntulos que acuden a la consulta dental para tratamiento con implantes padezcan esta patología sistémica. Los resultados sugieren que las enfermedades cardiovasculares pueden no ser un factor de riesgo para la oseointegración con éxitoLa diabetes mellitus es un frecuente trastorno endocrino-metabólico entre la población geriátrica que puede interferir la cicatrización y afectar la oseointegración de los implantes dentales. El interés creciente por la implantología en los pacientes diabéticos ha impulsado la realización de estudios con resultados más o menos favorables comparados con el tratamiento prostodóncico convencional. Los fracasos estaban asociados significativamente a la duración de la diabetes y a una menor longitud de los implantes. Aunque, una historia diabética más prolongada puede ser postulada como un incremento de la enfermedad microvascular que contribuya al fracaso implantario; sin embargo, los resultados de este estudio demuestran que la inserción de implantes en la región anterior mandibular en pacientes diabéticos tipo 2 puede ser un tratamiento odontológico predecibleLos implantes oseointegrados pueden ser utilizados como procedimiento para la rehabilitación oral en pacientes geriátricos intervenidos de cáncer oral que han sufrido una cirugía radical sin posibilidad de un tratamiento prostodóncico convencional. Un estudio alemán refiere como 40 pacientes intervenidos de cáncer oral de mandíbula y suelo de boca fueron tratados con implantes oseointegrados para su rehabilitación oral. 18 pacientes fueron irradiados y tratados con 83 implantes (grupo 1) y 22 no irradiados y tratados con 92 implantes (grupo 2). El grupo 1 fue rehabilitado con prótesis fija (sobre 5 o 6 implantes); mientras que el grupo 2 fué tratado con sobredentaduras (4 implantes). A los 37 meses el 91% de los implantes permanecían oseointegrados; a los 7 años el éxito acumulativo en el grupo 1 fué del 75%, mientras que en el grupo 2 a los 10 años fué del 86%. Un aspecto que enmerge del estudio es que ambos tipos de prótesis sobre implantes consiguen una rehabilitación funcional, estable y estética satisfactoria, pero las sobredentaduras con soporte mucoso provocan lesiones frecuentes en los tejidos blandos en los pacientes irradiados.La sobredentadura con implantes puede ser un método terapéutico de interés en la atención odontológica del paciente con enfermedad de Parkinson. La rehabilitación removible implantosoportada mejora la capacidad masticatoria de estos enfermos geriátricos y pueden ser recomendados para otros pacientes con similares problemas de destreza manual e incapacidad motora.La osteoporosis ha sido mencionada como un posible factor de riesgo para el éxito de la oseointegración por lo que puede comprometer la integración estable de los implantes dentales. Como la prevalencia de la osteoporosis se incrementa con la edad es relevante el posible papel de la misma en los fracasos implantarios. De hecho, los grupos de pacientes tratados con implantes suelen incluir mujeres postmenopaúsicas que padecen o han desarrollado osteoporosis. Aunque la osteoporosis provoca un descenso de la masa ósea corporal, sin embargo no contraindica el uso de los implantes, ya que no existe una correlación directa entre la densidad ósea a nivel maxilar o mandibular y el resto del esqueleto, probablemente debido al efecto beneficioso de la masticación. Un estudio reciente ha demostrado que es más importante el examen local de la calidad de hueso disponible en la futura localización de los implantes que otros métodos densitométricos para valorar el posible riesgo de fracaso implantario en pacientes con osteoporosis. En conclusión, no se ha podido demostrar la relación entre la pérdida de densidad, altura y anchura de los maxilares y la osteoporosis que afecta a otras zonas del esqueleto y no se ha encontrado diferencias en el éxito con implantes entre mujeres pre y postmenopaúsicas.
Aunque, el envejecimiento suele asociarse a una mayor prevalencia de enfermedades crónicas y consumo de medicamentos, muchos estudios parecen sugerir que los implantes oseointegrados pueden tener éxito en aquellos ancianos que padecen trastornos médicos, por lo que sólo estarían contraindicados en los pacientes geriátricos con una salud general demasiado frágil para los procedimientos de cirugía oral o en aquellos pacientes mayores con enfermedades crónicas descontroladas sin revisiones médicas regulares o tratados con medicación permanente que puedan interferir la oseointegración. Muchos adultos mayores son fumadores. El consumo de tabaco constituye un factor de riesgo importante en la implantología oral. Se ha descrito un mayor porcentaje de fracasos entre pacientes fumadores, así como un mayor nivel de pérdida de hueso marginal e inflamación de la mucosa periimplantaria. En este sentido, es necesario consultar con su médico de cabecera o especialista para recomendar que el paciente se integre en un programa para dejar de fumar.Los trastornos cardiovasculares constituyen las condiciones médicas más frecuentes en los pacientes ancianos. Es lógico pensar, que muchos pacientes mayores edéntulos que acuden a la consulta dental para tratamiento con implantes padezcan esta patología sistémica. Los resultados sugieren que las enfermedades cardiovasculares pueden no ser un factor de riesgo para la oseointegración con éxitoLa diabetes mellitus es un frecuente trastorno endocrino-metabólico entre la población geriátrica que puede interferir la cicatrización y afectar la oseointegración de los implantes dentales. El interés creciente por la implantología en los pacientes diabéticos ha impulsado la realización de estudios con resultados más o menos favorables comparados con el tratamiento prostodóncico convencional. Los fracasos estaban asociados significativamente a la duración de la diabetes y a una menor longitud de los implantes. Aunque, una historia diabética más prolongada puede ser postulada como un incremento de la enfermedad microvascular que contribuya al fracaso implantario; sin embargo, los resultados de este estudio demuestran que la inserción de implantes en la región anterior mandibular en pacientes diabéticos tipo 2 puede ser un tratamiento odontológico predecibleLos implantes oseointegrados pueden ser utilizados como procedimiento para la rehabilitación oral en pacientes geriátricos intervenidos de cáncer oral que han sufrido una cirugía radical sin posibilidad de un tratamiento prostodóncico convencional. Un estudio alemán refiere como 40 pacientes intervenidos de cáncer oral de mandíbula y suelo de boca fueron tratados con implantes oseointegrados para su rehabilitación oral. 18 pacientes fueron irradiados y tratados con 83 implantes (grupo 1) y 22 no irradiados y tratados con 92 implantes (grupo 2). El grupo 1 fue rehabilitado con prótesis fija (sobre 5 o 6 implantes); mientras que el grupo 2 fué tratado con sobredentaduras (4 implantes). A los 37 meses el 91% de los implantes permanecían oseointegrados; a los 7 años el éxito acumulativo en el grupo 1 fué del 75%, mientras que en el grupo 2 a los 10 años fué del 86%. Un aspecto que enmerge del estudio es que ambos tipos de prótesis sobre implantes consiguen una rehabilitación funcional, estable y estética satisfactoria, pero las sobredentaduras con soporte mucoso provocan lesiones frecuentes en los tejidos blandos en los pacientes irradiados.La sobredentadura con implantes puede ser un método terapéutico de interés en la atención odontológica del paciente con enfermedad de Parkinson. La rehabilitación removible implantosoportada mejora la capacidad masticatoria de estos enfermos geriátricos y pueden ser recomendados para otros pacientes con similares problemas de destreza manual e incapacidad motora.La osteoporosis ha sido mencionada como un posible factor de riesgo para el éxito de la oseointegración por lo que puede comprometer la integración estable de los implantes dentales. Como la prevalencia de la osteoporosis se incrementa con la edad es relevante el posible papel de la misma en los fracasos implantarios. De hecho, los grupos de pacientes tratados con implantes suelen incluir mujeres postmenopaúsicas que padecen o han desarrollado osteoporosis. Aunque la osteoporosis provoca un descenso de la masa ósea corporal, sin embargo no contraindica el uso de los implantes, ya que no existe una correlación directa entre la densidad ósea a nivel maxilar o mandibular y el resto del esqueleto, probablemente debido al efecto beneficioso de la masticación. Un estudio reciente ha demostrado que es más importante el examen local de la calidad de hueso disponible en la futura localización de los implantes que otros métodos densitométricos para valorar el posible riesgo de fracaso implantario en pacientes con osteoporosis. En conclusión, no se ha podido demostrar la relación entre la pérdida de densidad, altura y anchura de los maxilares y la osteoporosis que afecta a otras zonas del esqueleto y no se ha encontrado diferencias en el éxito con implantes entre mujeres pre y postmenopaúsicas.
Contraindicaciones relativas
1. Hueso inadecuado: Muchos pacientes que parecen tener espacio o hueso adecuado pueden no tenerlo de allí la necesidad de evaluaciones clínicas y radiológicas.
2. Enfermedades sistémicasa.
a.Desordenes endocrinos.• Diabetes no controlada • Hipotiroidismo • Alteraciones de la glándula pituitaria • Alteraciones de la glándula suprarrenal
b. Enfermedades granulomatosas• Tuberculosis • Sarcoidosis
c. Enfermedades Cardiovasculares • Arteriosclerosis • Enfermedad coronaria Isquemica • Valvulopatias
d. Enfermedades Óseas• Histiocitosis X • Enfermedad de Paget • Displasia Fibrosa
e. Desordenes Hematológicos• Anemia • Hemofilia
3. Excesivo uso de tabaco o cigarrillos
4. Abuso de alcohol
5. Pobre higiene bucal
6. Bruxismo
7. Desordenes psicologicaos
8. Tumores
9. Patologías bucales Falsas expectativas
Fuente: Dr. Samuel Benarroch - www.samuelbenarroch.com